A veces sólo desearía rebajarme el alma con sacarina y endulzarlo con azúcar de caña.

A veces sólo desearía ser y estar,
no ver ni venir,
no necesitar ni esperar,
no soltar o coger.

A veces sólo desearía

que todo fuera sobre ruedas por las nubes.

Hay veces que sólo desearia serlo todo y estar preparada.

Desatar los nudos de la incontinencia existencial
y ver que el mundo no se ha movido de su esquina.

Justo hoy, hace 7 días que te fuiste, y llevo 7 días recordándote a todas horas, imaginando que vamos a tu casa y te emocionas al vernos. Siete días, despertándome queriendo volver a verte sentada en el sofá, tejiendo durante horas, pensando cómo complacer a todo el mundo con tus detalles. Guardo tus regalos y vendrán conmigo para siempre, porque tú quisiste que fuera así, un detalle que me haga recordarte. También guardo tus sonrisas y los buenos momentos. Es difícil sacarlos ahora, siempre que lo hago recuerdo que ya te fuiste.

Me recuerdo desde muy pequeña a tu lado, son cientos y cientos de recuerdos. En el primero, yo aún no sabía subir las escaleras bien, y me empujabas rebosante de carcajadas, intentando que llegara un escalón más adelante. En el último, recuerdo que casi te vas a la discoteca con tu compañera de cuarto. Y en medio, desde tus oraciones hasta tu paciencia con tantos nietos que siempre llegábamos atareándote el día. Me convencías para rezar, me enseñaste que si crees en algo con todas tus ganas, tus deseos se hacen realidad.

Son tantos recuerdos, abuela, tantos, que se me hace eterno recordarlos. El último abrazo se me hizo pequeño, no quise decirte adiós, por si algún día volvías. Pero ahora vives en el alma de todas las personas que amaste, y eso nunca, nunca se irá a la tumba.

Descansa abuela.

008

Buenas noches, abuela.