Destilar las horas para multiplicar los intentos de solidificar el tiempo y evaporar los segundos al gusto.
Tentar los nervios y engañarlos para confundirlos.
Venir de nuevas, ir de lejos.
Volver.
Y querer haber ido,
ya sé que el pasado no vuelve, ni lo pretendo.
Es más entretenido si divierto mi presente con sonrisas vanidosas.
Para poder volver siempre,
ese tren perdido no pasa, pero nunca se va del todo.
Queda en el alma, en la memoria, en los latidos que un día fueron.
Y así olvidar perderte.
Porque lo sabes,
por mucho tiempo que pase, y muy lejos que te hayas ido,
quedas en mí y no te olvidas
de pararte en mi camino.
Para poder recordarte siempre
como si te hubiera querido.