¿A qué sabe un abrazo?
Sabe a ti. Viene de ti. Salta hacia ti
y vuelve.

Los demás abrazos no conocen tu existencia
y por eso están vacíos.

Abrazos de paja y mimbre. Gélidos.

Los abrazos que no son tú
     no son abrazos.

Por eso te hacen grande.

Descuida,
despista,
sueña,
espera,
crea,
desespérate,
canta como si no hubiera mañana.
Vive hoy, salta,
                      ¡salta!.
Haz que el mundo repleto de basura
                    aún tenga esperanza.
Y, sobre todo,
                        levántate.
Las miradas etéreas que silban por los pasillos no han descubierto tus ojos.

Las noches se hielan sin tu presencia.
Será por eso que hace tanto frío.