Hay días que amanece sin haber salido la luz.
Se entierran los malos momentos, despiertas airoso: Hoy será un gran día.
Hay días que andar, es hacer el camino,
es colorear con los dedos el lienzo de las horas.
Miras alrededor, y ves el bar de siempre, acogedor, sereno.
Se ralentiza el tiempo.
¿No ves cómo se para?
De fondo se muele el café, ese estruendo que llega en el momento que empiezas a hablar.
El monólogo del tiempo que te espera mientras desayunas.
Hoy es de esos días que llover, me hace sonreír.
Soy feliz, un tiempo. Digamos que me acostumbro a serlo.
No te muevas hoy, tiempo. Quédate donde estás.
Segundo. Segundo.
Minuto.
Segundo.
Buenos días.