Ando muy despacio...
A veces me pesan las manos,
se cansa el alma y no puedo andar.
A veces me pesan los ojos y parece que quiero ver sin mirar.
Luego descubro que me faltas,
por eso me abruma.
Me pesa la distancia
de saber que no puedes volver.
A veces te echo de menos, abuelo.
Tanta falta me hace tu abrazo
que, a veces, sueño que aún estás,
y, desde lo lejos,
me das la fuerza de tu recuerdo
y levanto la cabeza,
despierto,
los pies en el suelo, secuestro mi corazón con una gran sonrisa...
Te quiero.
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